El Hermano y la hermana
Ryan en 1947
Él
tenía la apariencia que usualmente se asocia con los patriarcas y profetas del
Antiguo testamento – delgado, muy delgado; una barba blanca fluida y unos ojos
profundos. Su ropa a vista de algunos pareciera un andrajoso, pero en cierta
forma eso no distraía de ver el aire distinguido era evidente en su semblante y
su conducta.
Él era un poco misterioso. Los detalles de su juventud eran conocidos sólo por
algunos conocidos. Las pistas que hemos recibido hacen alusión a grandes
talentos y la celebridad, como una estrella del circo (un acróbata) y como un
actor. Pero poco a poco se distanció de esa parte de su vida. Su barba le
ofreció el anonimato que él buscaba.
No sabemos a que edad dedicó su vida al servicio de Dios, o cuándo se afilió a
la gente Pentecostal. Cuando el Hermano Branham le encontró por primera vez, en
1935, él tenía 55 años de edad y era un predicador itinerante cuyo púlpito
estaba en las calles de Estados Unidos. Su reunión tuvo lugar en Louisville,
Kentucky, en una convención patrocinada por una organización llamada 'Escuela de
Profetas'. El viejo evangelista y el joven pastor inmediatamente simpatizaron el
uno al otro, y el Hermano Ryan fue invitado a la casa pequeña de 'Mechanic
Street' [Nombre de una Calle.-Editor] en Jeffersonville, donde Hermano Branham y
su esposa, Hope, vivian con su niño recién nacido, Billy Paul.
Una tarde mientras ellos hablaban, el Hermano Ryan comenzó a hablar en una
lengua desconocida – fue una de las primeras ocasiones en que el Hermano Branham
escuchaba ese don en operación. Él fue tocado por esta demostración del
Espíritu, pero para aquel entonces él todavía tenia muchos preguntas en su
corazón acerca del movimiento Pentecostal, si debería o no afiliarse con esa
gente. El hermano Ryan le aconsejó, “ Hermano Billy, ahora usted es solo un
muchacho; eres muy joven todavía. Pero algún día eso vendrá a ti, y el Dios
todopoderoso va a usarte para conmover las naciones.”
El hermano Branham recordaba esta notable declaración como la primera vez que
realmente recibió ánimo de otro ministro referente a su propia vida y el
ministerio.
El hermano Ryan y su esposa se convirtieron en visitantes regulares de
Jeffersonville, y él a menudo predicó en el Tabernáculo Branham y se quedaba con
el Hermano Branham y su familia. Él estaba en Jeffersonville cuando el Río Ohio
causo la inundación en 1937 y él colaboro en las operaciones de salvamento.
Nunca nos perdemos una oportunidad para hablar a otros del Señor, así que él
también predicaba en los botes mientras iban y regresaban del río.
En cuanto a sus ingresos, los Ryans dependieron solamente de la caridad de la
gente. Ocasionalmente había una pequeña ofrenda, si le invitaban a predicar en
algún servicio o dos, pero su sustento fue escaso y su casa en Dowagiac,
Michigan, sumamente humilde. El hermano Branham expresó muchas veces cómo
admiraba grandemente a la Hermana Ryan por la forma que ella fielmente
acompañaba a su marido, aun en tiempos de hambre y necesidad desesperada. Ella
siempre habló del Hermano John (al que, por su acento sueco, ella pronunciaba
como “Yan”) con el máximo respeto. “Hermano Bill,” ella diría, “ Yan es un
hombre de Dios. Donde Dios le dirige, Dios se encargará de mí.”
A pesar de su apariencia frágil , el Hermano Ryan era muy atlético, sin duda
producto de su entrenamiento de antaño en el circo. Algunas veces él montaba en
bicicleta por cientos de millas para asistir a una de las reuniones del Hermano
Branham, pero muy a menudo, él y su esposa pedían un aventón, algunas veces de
costa a costa. Él se deleitaba relatando sobre aquella ocasiones cuando parecía
que nadie les iba a recoger, él salía una corta distancia fuera del camino y
oraba mientras la Hermana Ryan esperaba al lado del camino que un auto pare.
Cuando el auto paraba, ella le gritaba, “Yan, tenemos uno” y él corría para
unirse a ella. Tenían que meterse en el coche rápidamente, antes que el
conductor asombrado pueda cambiar de opinión!
El hermano John Ryan gastaba mucho tiempo en oración y ayuno. A menudo él
descansaba sobre su rostro en oración por días antes de una campaña del Hermano
Branham, buscando al Señor en nombre de la gente que asistiría, pidiendo que sus
corazones esten preparados, y por Su Presencia en el servicio. Si bien su modo
de transporte a menudo requirió de algo de ingenio, él en cierta forma buscaba
las formas de asistir a la mayoría de reuniones. Su canto jovial y la
predicación en las calles cerca de dónde los servicios se llevaban a cabo se
convirtieron en una escena familiar – y que el Hermano Branham siempre esperaba
para apreciarla.
Un día en 1955, cuando varios días de servicios llegaban a su fin, los ministros
patrocinadores se reunieron con el Hermano Branham a un extremo de la plataforma
y comenzaron a expresarle su regocijo por el éxito de la reunión. El les
pregunto “¿Les gustaría saber que ha contribuido para el gran éxito de esta
reunión?”. Entonces moviéndose a un lado, y levantando una de las cortinas del
escenario, dijo: Allí en el piso estaba el Hermano Ryan, en oración. “Él ha
estado orando sin parar todos estos días, por los hermanos, y para que estas
reuniones fueran un éxito. Eso enseña que puede hacer un solo hombre en oración
ante Dios.”
El hermano John Ryan y su esposa fueron a estar con El Señor en el año 1955 en
distintos meses. Cuando el Hermano Branham tuvo noticias de su fallecimiento, él
expresó este deseo: “Quiero estar de pie cerca cuando le vea coronado,
inmortal.”
© Believers International 2003
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