¿ Quien Escribió Este Libro ? por Rebekah Smith
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"Estoy escribiendo un libro, mi comentario
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William Branham reconoció paternidad
literaria de una sola obra mayor durante su vida: Una
Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia. El predicó más de 1,100 sermones, sin
embargo, la lista de los que fueron editados y publicados antes de 1966,
ya sea en forma de folleto o libro, era una lista muy breve: '¿Le Teme
Ud. Al Cáncer?', 'Así Como El Águila Revuelve Su Nido,' 'El undécimo Mandamiento,' 'Como El Ángel
Vino A Mí,' 'Jesucristo El Mismo Ayer, Y Hoy, Y Por Todos Los Siglos,' y
'No Fui Desobediente A La Visión Celestial.' En aquel tiempo, el mayor
volumen de material impreso respecto a William Branham se encontraba en
las páginas de la revista, El Heraldo De
Fe, en donde publicaban un sermón editado (a veces en forma
por entregas) en casi cada número por 10 años. El sermón número 100,
'Un Mensaje Para Navidad,' fue publicado en diciembre de 1965. La biografía por Gordon Lindsay, William
Branham, Un Hombre Enviado De Dios, y el folleto, 'Sanidad
Divina En Las Campañas De William Branham,' fueron escritas en colaboración
con William Branham, una distinción en paternidad literaria que es
agradable tanto para el tema como también para el escritor. William
Branham recomendó mucho este libro y promovió su venta en las campañas
de sanidad divina y también en su oficina. Un
Profeta Visita Sur África, y Un Profeta Trae Su Mensaje (en
dos volúmenes), por Julius Stadsklev, recibieron semejante acreditación
y promoción. Todas las obras mencionadas hasta aquí fueron
compiladas y/o editadas por amigos y colaboradores en el ministerio, con
la excepción del folleto, 'Jesucristo Es El Mismo Ayer, Y Hoy, Y Por
Todos Los Siglos,' lo cual el Hermano Branham dictó a su esposa mientras
ella lo escribía a mano. Gordon Lindsay, Anna Jeane Moore Price, Joseph
Mattson-Boze, Julius Stadsklev, Leo Mercier y otros más, tomaron sobre sí
la responsabilidad de presentar las palabras de William Branham al público
a través de varias publicaciones. Pero la unción estaba sobre el profeta para
escribir un libro, y así como el Espíritu mandó a Juan en Apocalipsis
1:11, "...Escribe en un libro lo que ves..." el Espíritu Santo
estaba imponiendo sobre William Branham el preparar un registro para todo
el mundo. Le dijo esto a su congregación: "Si yo
digo esto y se llega a escribir después de que yo parta las palabras
seguirán viviendo."1 Hoy, Una Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia es un libro disponible, pero para muchos también es un libro cerrado. Los eventos que ocurrieron durante la publicación de esta obra autorizada, muchas veces han sido enfocados y analizados a través de los lentes oscuros de opinión humana, y en muchos lugares del mundo ya no es leída ni usada para instrucción, aun entre los mismos seguidores del ministerio de William Branham. En este articulo, enfocaremos en los datos y en las controversias pertinentes a la publicación de este libro tan singular.
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LA
PROPOSICIÓN
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El día 4 de diciembre de 1960, todos los
asientos del santuario estaban ocupados, y había gente parada hombro a
hombro por las paredes del Tabernáculo Branham en Jeffersonville,
Indiana. En la atmósfera había una chispa de anticipación mientras
entonaban 'Sólo Creed' y el Hermano Branham caminó hacia el púlpito. Al sentarse la congregación, él les declaró
de inmediato el propósito de los ocho días de cultos que les quedaba por
delante. El Espíritu Santo le había revelado que él habría de escribir
un libro y enviarlo a todo el mundo, como un aviso y un recordatorio de
que estamos al final del tiempo.2 Este comentario para el cual él se estaba
preparando a escribir tendría que ver con las siete edades de la iglesia
en el Libro de Apocalipsis. Por varias semanas él había investigado
tales libros como Las Dos Babilonias por
Hislop, El Libro De Los Mártires por Fox, Los Padres De Nicea Y Después
De Nicea, Padres Antes de Nicea, La Historia Según Broadbent, Los Datos
De Nuestra Fe, y muchos más, para poder fijar bien el fondo
histórico para cada capítulo del libro. La inspiración, la cual
produciría la revelación espiritual del tema, vendría por conducto del
Espíritu Santo mientras él predicaba desde el púlpito de su iglesia. El
sabía que la transcripción de estos mensajes inspirados servirían como
la base para el libro que él había sido comisionado a escribir.3 El Hermano Branham había pasado los cuatro días
antes del comienzo de la serie aislado en su estudio, buscando la mente
del Señor, y en ese tiempo el Espíritu Santo le llamó la atención a
muchos detalles históricos y espirituales de los cuales él no tenía
previo conocimiento. Luego, por la mañana del 4 de diciembre, le predicó
a su iglesia el primer mensaje de la serie, 'La Revelación De
Jesucristo,' y durante los ocho días de cultos, él predicó un total de
23 horas. Con eso quedó bien colocado el fundamento para el libro que
habría de escribir. Fue un trabajo muy arduo el transcribir los 10
mensajes de los rollos de cinta de siete pulgadas en las cuales habían
sido grabados. La Hermana Ruth Sumner de Tifton, Georgia, se dio por
voluntaria para esta obra de mecanografía, y el día 4 de octubre de
1962, en el Tabernáculo en Jeffersonville, le entregó al Hermano Branham
el manuscrito completo. Unos momentos después él pasó a la plataforma y
le dio las gracias ante el público por su tremendo esfuerzo.4 Pasarían 13 meses más sin tomarse otro paso hacia el cumplimiento del libro. Pero el Hermano Branham tenía en mente un plan. |
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EL MANUSCRITO
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En 1948, cuando se editó el primer número de
la revista, La Voz De Sanidad, una joven de diecinueve años desempeñó
un papel muy importante en su publicación. Su nombre era Anna Jeanne
Moore, la hija del Hermano Jack Moore, de Shreveport, Louisiana, siendo él
un amigo íntimo y un asociado del Hermano Branham. Los vivos recuerdos que Anna Jeanne aún
preserva de aquel empuje inicial de las grandes campañas de sanidad
divina, de las cuales ella formaba parte, nos muestran un punto de vista
asombroso de la atmósfera en aquellos días tan sobresalientes: "Había gente, gente, y más gente que le
seguía [al Hermano Branham], y desde luego, yo lo relacionaba todo a los
días de Cristo y como era que le habrán seguido a El. Me parece que Dios
invistió en él esta fórmula maravillosa para atraer atención a Sí
mismo, porque en realidad eso es lo que sucedió. De repente causó que la
gente enfocara la atención en Dios. Habíamos estado viviendo una
existencia tan ligada al sentido, como el conseguir un vestido nuevo para
el próximo domingo, y en general manteniéndonos al tanto del mundo
material. De repente parecía que ese mundo se desplomé. Era como si nos
habíamos trasladado a los días de Jesucristo. Yo me comparaba a una de
las seguidoras, como María o Marta, que estaba tan intrigada por la
presencia de Dios en el hombre, que todas las demás cosas cayeron a los
lados. Uno ni siquiera podía pensar en otras cosas. Y lo mismo sucedió
con todas mis amigas y amigos. Dejaron sus trabajos, dejaron de estudiar
en la universidad, era como si se habían desprendido de la vida, para
aprovecharse de esta atmósfera tan hermosa de la cual uno podía gozar en
estas reuniones."5 Ella también dejó sus estudios en la
universidad para dedicarse a la publicación de la revista, un cargo que
mantuvo por cuatro años, aprovechando de sus habilidades de una excelente
escritora y eficiente gerente de oficina. La forma tan experta en que
desempeñaba su trabajo, junto con su conducta tan ejemplar, fueron
detalles que el Hermano Branham tomó en cuenta y apreció mucho. En su
opinión, el éxito de La Voz De Sanidad se debía a la aptitud y la
suficiencia de Anna Jeanne. En 1963, Anna Jeanne y su esposo, Don Price,
estaban viviendo en Dallas, Texas, en donde estaba establecido entonces la
oficina de La Voz De Sanidad. Anna Jeanne tenía dos hijos pequeños y no
disponía de suficiente tiempo para la revista, pero su esposo era
entonces el gerente de la imprenta. Ambos se sorprendieron al recibir una
llamada telefónica de la oficina del Hermano Branham, preguntando si ella
tendría interés en editar un manuscrito largo que el Hermano Branham
estaba preparando para publicar. Aunque estaba segura de que sus
responsabilidades de familia no le permitirían suficiente tiempo para tal
proyecto, de todas maneras su alto concepto del Hermano Branham demandaba
que cuando menos revisara el texto antes de llegar a una decisión final.
El manuscrito textual, así como lo había hablado el Hermano Branham, fue
colocado en sus manos a fines de noviembre de 1963, mientras ella asistía
a una serie de cultos en la iglesia de su padre en Shreveport, Louisiana,
donde estaba predicando el Hermano Branham. Aunque tenía tremendo conocimiento del
ministerio del Hermano Branham durante los años de las campañas de
sanidad, Anna Jeanne Moore Price no estaba al tanto de las enseñanzas que
llegaron a ser el énfasis principal durante los últimos años de su
ministerio. Por lo tanto, mientras estudiaba el manuscrito, se dio cuenta
de que su falta de conocimiento de los temas doctrinales allí contenidas
le prohibirían seguir con el proyecto. A la vez, había una segunda razón que prohibía
su participación. La persona que le entregó el manuscrito en Shreveport
le había instruido que únicamente se le permitía editar el manuscrito
con respecto a la puntuación; el texto en sí tenía que permanecer
literal. Tanto su inclinación natural como también su experiencia como
editora resistían ante aun el pensamiento de que se publicara un texto
que no haya sido corregido gramaticalmente. Lo raro es que nunca se le
explicó que estas instrucciones procedían de la imaginación del
enviado, y no del autor del libro. Anna Jeanne quería decirle en persona, a su
amigo, que ella no podría ayudarle con su libro. Juntamente con sus
padres, ella viajó en avión a Birmingham, Alabama, en abril de 1964,
para ver al Hermano Branham y entregarle el manuscrito que había tenido
en su posesión por cinco meses. Ocho años después cuando fue
entrevistada, ella misma dio estos detalles con respecto a aquella
experiencia: "Papá y yo fuimos al hotel donde estaba
hospedado el Hermano Branham. Yo simplemente le quería decir en persona
que mi sugerencia sería que le ayudara alguien de su propio grupo,
alguien que podría viajar y estar cerca (porque para entonces tenía un número
de personas que hablan dejado sus hogares para seguirle). Le dije que yo
no podía hacer eso, y ¿no sería mejor que alguien tomara cargo del
escribir, alguien que estaría siempre cerca? Tal persona tendría el
acceso diario, y podría decirle, 'Hermano Branham, aquí está una frase
incompleta, ¿qué quiso Ud. decir aquí?'"6
Ella nunca le expresó las dudas que tenía con respecto al hecho de que
(según las instrucciones erradas que había recibido) el libro debiera
imprimirse textualmente. El Hermano Branham pareció confundido ante su
rechazo de aceptar el proyecto, y ella sintió que le dolió
profundamente. Unos momentos después comenzó a darse cuenta con qué
seriedad dependía de ella para el trabajo de editar esta obra cuando
dijo: "Anna Jeanne, pienso que olvidaré el libro por completo. Si
deseas, simplemente puedes perder ese manuscrito." No pudiendo tomar
un paso tan extremo como ese, se decidió buscar a un hombre que ella sabía
era un amigo íntimo del Hermano Branham, y a la vez uno que ella sentía
era calificado para el trabajo. Su nombre era Lee Vayle. Según se acuerda el Hermano Vayle, "Un
cierto día allá en Birmingham, Alabama, Anna Jeanne Price llegó a donde
yo estaba y me dijo: 'Hermano Vayle, me molesta mucho que no puedo
ayudarle al Hermano Branham con lo que me ha pedido. Ud. lo conoce y
conoce lo que enseña. ¿Lo ayudará Ud.? ¿Qué tal si le entrego a Ud.
este manuscrito?' "Entonces fui con el Hermano Branham y le
dije: 'Hermano Branham, Anna Jeanne me ha entregado este manuscrito, y si
Ud. así lo desea, yo haré con esto lo que Ud. me diga. Yo lo arreglaré
con gramática correcta.' El dijo: '¿En verdad lo hará, Hermano Vayle?' Le respondí: 'Absolutamente.' Me dijo: 'Muchas gracias. Se lo agradezco.' En Birmingham, Alabama, Anna Jeanne Price, Juanita Hemphill,
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El
ESCRIBIR
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El Hermano y la Hermana Vayle alquilaron un
pequeño apartamento en la ciudad de Beaumont, Texas, e inmediatamente
comenzaron a preparar un bosquejo del material contenido en el manuscrito.
Durante los tres años que habían pasado desde la predicación de
"Las Siete Edades," el Hermano Branham había predicado otros
mensajes muy claves, incluyendo la serie de "Los Siete Sellos."
El Hermano Branham deseaba que mucho de ese material también se
incorporara en el libro para que fuera lo más completo posible. Por lo
tanto, una parte del trabajo del Hermano Vayle era de reconstruir el
manuscrito original y 'ponerlo al día.' Al terminar de escribir cada capítulo en máquina,
las páginas fueron enviadas al Hermano Branham para que las corrigiera.
Algunas personas tuvieron la oportunidad de tener una vista anticipada de
este nuevo libro cuando el Hermano Branham les pidió que se lo leyeran en
voz alta. Billy Paul y Rebekah pasaron horas innumerables con su padre,
revisando y corrigiendo el manuscrito. Betty Collins Philips, hija del
Hermano Willard Collins, y el Hermano Pearry Green, un ministro que en ese
tiempo vivía en Texas, también le leyeron porciones en voz alta en
algunas ocasiones. Cada persona que ayudó en este asunto recibió las
mismas instrucciones: Lea despacio y claro; haga una pausa de algunos
momentos al fin de cada párrafo. Muchas veces el Hermano Branham pedía
que se le repitiera varias veces cierta frase, o cierto párrafo o hasta
una página entera. Casi todas las correcciones fueron hechas en pluma,
allí mismo en la página, o a la vuelta de la hoja mientras el Hermano
Branham las dictaba; él pensaba que su letra sería muy difícil de
entender. Las correcciones extensas fueron escritas en máquina, luego
numeradas para indicar en donde debían ser insertadas. Además, el Hermano Branham grabó en cinta
varias horas de respuestas a las preguntas que el Hermano Vayle le había
enviado para mejor aclarar ciertos puntos en el libro. Cuando menos en una
ocasión, su respuesta prolongada fue anticipada por una nota personal
para el Hermano Vayle: "Bien Hermano Lee, quiero que Ud. espigue a
través de todo esto, porque como Ud. mismo sabe, Ud. es una persona bien
intelectual, y Ud. sabe lo que le atraerá la atención a la gente
intelectual. Si a Ud. le parece bien, escríbalo."8 Se escogieron las palabras correctas para un párrafo
respecto a la predestinación durante una llamada telefónica de 45
minutos. Otra pregunta se resolvió un cierto día domingo por tarde,
entre cultos, durante una discusión de cuatro horas y media en un hotel.
La porción con respecto al Libro de la Vida del Cordero fue escrita después
de que el Hermano Branham y el Hermano Vayle pasaron 11 días juntos en
Tucson, trazando el tema. Cuando le llegó el capítulo de La Edad de Pérgamo,
el Hermano Branham se fue al desierto para leerlo. Se quedó con esas
hojas por 30 días, revisando cada detalle para estar seguro de la base
histórica que el Hermano Vayle había investigado y añadido al texto
original. Cuando el manuscrito nuevo fue terminado,
entonces fue enviado a la gran imprenta de La Voz de Sanidad en Dallas,
Texas, para la composición y la impresión del libro de pasta dura. Sin la facilidad de las computadoras del día
de hoy, el trabajo de revisión fue algo difícil y consumía mucho
tiempo. Hubiera sido mucho más fácil para el Hermano Vayle si la obra de
composición se hubiera hecho más próximo a donde él vivía. Sin
embargo, el material se mandó por correo de su hogar en Beaumont a la
imprenta en Dallas. De mucho más importancia que la inconveniencia era el
hecho de que el Hermano Branham deseaba que el trabajo fuera hecho por
alguien que él conocía y en quien tenía confianza, su amigo Gordon
Lindsay, dueño de la compañía en Dallas. En el primer tiraje se produjeron cinco mil
ejemplares. Se diseño y se mandó a imprimir una sobrecubierta, pero al
último momento se cancelo la orden, dejando que fuera un libro azul y muy
sencillo. Las letras doradas en la portada declaraban que era Una Exposición
De Las Siete Edades De La Iglesia por William Branham. Mientras el libro todavía estaba en el taller
de encuadernación, hablando desde el púlpito de la iglesia del Hermano
Jack Moore, en Shreveport, Louisiana, el Hermano Branham declaró:
"Uds. han visto en mi libro...todo estará bien trazado en Las Siete
Edades De La Iglesia, lo cual El me dio; y al lado del cual me paro como
testigo ante Dios para ser juzgado en el día del Juicio. Eso vino de
Dios, no de mi propio pensar."9 Los primeros ejemplares del libro fueron
entregados al Hermano Branham la noche del 4 de diciembre de 1965, en Yuma,
Arizona, cuando hubo terminado de predicar 'El Rapto.'
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LAS
INTERROGATIVAS
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Por varios meses antes de su distribución,
habían circulado rumores de que existían errores graves en el libro Una
Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia. La duda que estaba
creciendo entre el ministerio era de que quizá este libro era de Lee
Vayle y no propiamente del Hermano I3ranham. Con la intención de calmar
la tormenta que se estaba armando, el Hermano Branham indicó que habría
algunos que estarían confundidos por algunas cosas que él dijo en el
libro respecto a los dos libros de la Vida. Dio una breve definición,
luego mencioné que más temprano ese mismo día había revisado
detalladamente el tema con el Hermano Vayle y que había determinado que
así como estaba escrito estaba correcto.10 Pero esa era solamente una de las
interrogativas que se estaban voceando, y el debate continuó creciendo. En Yuma, Billy Paul se disgusté con el libro
al ver la primera página. En su opinión, la foto de su padre, que
ocupaba la página entera, estaba estropeada por el hecho de que el dibujo
en la próxima página se podía ver a través del papel. Por la frente
del Hermano Branham se podían ver claramente algunas de las estrellas que
representaban los mensajeros de las edades. Enojadamente se quejó: "¡Es
increíble que Gordon Lindsay emplearía un papel de tan poco valor!" El Hermano Branham tomó el libro y estudió
de cerca la página. Por fin declaró: "Paul, Gordon Lindsay no tuvo
nada que ver en el asunto. Aquí no hay ningún error; así es como debe
ser."11 Un cierto Hermano a quien se le ofreció uno
de los primeros libros, expresó claramente la duda que le molestaba:
"Hermano Branham, he oído decir que el Hermano Vayle ha cometido
errores doctrinales en este libro. ¿Es cierto eso?" Sin responderle, el Hermano Branham se dirigió
a Billy Paul y le dijo que no entregara ni un libro más hasta que él
mismo hubiera leído el libro y hubiera hablado con el Hermano Vayle.
"Llama a Lee, y dile que me vea en Tucson en una semana."12 En privado le hizo esta pregunta a un amigo:
"¿Piensa Ud. que alguien hubiera insertado algo en mi libro antes de
que fuera impreso?" Al día siguiente, el Hermano Branham, Billy
Paul, Rebekah, y su amiga Betty Collins, salieron de Yuma, viajando hacia
Rialto, California, donde ya estaba programado el culto para esa noche. En
el automóvil, mientras Billy Paul manejaba, las señoritas se turnaron en
leer en voz alta de nuevo libro para el Hermano Branham. Betty recuerda
que le pedía que leyera nuevamente varios párafos, y en más de una
ocasión él decía: "¡ Eso está muy bien!"13 Al regresar a Tucson, el Hermano Branham pasé
por la casa del Hermano Willard Collins, para que le revisara un problema
que tenía con el carro. El Hermano Collins recuerda que al estar
revisando el carro, él hizo mención del libro. "Dije: 'Hermano
Branham, he oído que existen algunas cosas en el libro nuevo que no
suenan exactamente bien.' El dijo: '¿Qué cosas son?' Dije: 'Pues, para comenzar, entiendo que
individuos podrán llegar al Cielo sin haber nacido de nuevo. El dijo: 'Eso no suena bien. Permíteme ir a
casa y revisar eso y más tarde le llamaré.' "Cuando él llamó yo no estaba y él
habló con mi esposa. Le dijo a ella que me dijera a mí que el Libro De
Las Siete Edades De La Iglesia era correcto. Más tarde lo vi y él me
hablé de algunas cosas que me estaban molestando, y me enfatizó que el
Libro De Las Edades era correcto. Yo entendí que cuando él me dijo 'El
Libro De Las Edades es correcto,' que con eso él abarcaba todo el
libro."14 El día 12 de diciembre de 1965; el Hermano
Lee Vayle se encontró con el Hermano Branham en el hogar de Billy Paul,
en Tucson, y juntos revisaron las porciones controversiales del libro, y
de manera especial, las porciones que tenían que ver con el Libro de la
Vida y el Libro de la Vida del Cordero, en donde se enfocaba la polémica.
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UNA
NOTA PERSONAL
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En cada año desde 1965 hasta 1989, la
Asociación Evangelística de William I3ranham ha impreso 10 mil
ejemplares de Una Exposición De Las Siete
Edades De La Iglesia en inglés. En 1990 se imprimieron 30,000
ejemplares para suplir la necesidad por todo el mundo.15
El libro ha sido traducido en más de doce idiomas. Pero la controversia alrededor de este libro
ha continuado, sin disminuir. Han habido repetidos esfuerzos para
desacreditarlo, y en ciertas ocasiones, gente convencida de que el libro
no era del Hermano Branham, han construido fogatas ardientes con
ejemplares descartados. Yo considero estos hechos como una victoria para
Satanás y una tragedia para los Creyentes. En mi mente no hay ninguna duda de que Una
Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia es el libro de
William Branham. Y conociendo, de primera mano, qué tanto él luchó para
que se publicara, no puedo permanecer neutral con respecto a quién fue el
autor. Si Ud. no lo ha hecho últimamente, le animo a que le dé otra
mirada a este muy importante libro azul. Dirigiéndose a su iglesia durante el tiempo
de la composición del libro, el Hermano Branham se refirió al hecho de
que un interrogante que había molestado al ministerio por muchos años ya
pronto se resolvería en las páginas del Libro
De Las Edades. Con excitación en su voz, dijo: "¡...pero
esperen hasta recibir el libro! Entonces lo entenderán, si es que tienen
Luz alguna."16
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REFERENCIAS
© 2002 Believers International Inc.
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